SHARON SÍ ES UNA ESTRELLA

Prometí una vez que no volvería a ver el ´Sorpresa, Sorpresa´ versión cutre de Telecinco. Lo confieso: lo he vuelto a hacer. Y lo más sorprendente es que no me arrepiento. Después de semanas cebando la visita de Sharon Stone a nuestro país, ayer vivimos un momento inédito en televisión de la mano de la actriz norteamericana. Ataviada con un sencillo vestido de línea recta, blazer oro y mínimo maquillaje, la rubia aparecía en el plató de Jorge Javier como quien llega a la fiesta de unos amigos. Con una serenidad y un saber estar deliciosos, Stone conversó con el presentador, hizo un repaso de su paso por España, de lo que más le impactó de El Prado, el Reina Sofía y el Thyssen, y de una de sus grandes pasiones: los toros. La protagonista del cruce de piernas más imitado de todos los tiempos, incluso echaba un pulso con J.J., que se desenvolvía regular frente a una actriz de tal altura. Sharon recordó sus diez años de recuperación tras sufrir un derrame cerebral y sorprendía a una invitada que pasa por su misma situación. Idiomas, traductora simultánea y pinganillos aparte, las dos se fundieron rápidamente en una mirada cómplice, humana, cálida, con fuerza, lejos de cualquier alfombra roja hollywoodense, que duró minutos y que pasará a la historia. Actriz, diva, con un coeficiente superior a la media, persona, bella y sobre todo, profesional, así es ella. Suelo defender mucho lo nuestro, pero en este caso tengo que decir que Penélopes, Patakys, Vegas y compañía, deberían de tomar gran ejemplo de lo que es ser una verdadera estrella. Es indignante que renieguen de los medios de comunicación que les dieron cobertura cuando intentaban salir del barrio. Se puede ser muy grande en cualquier contexto y fuera de un rodaje. Sharon Stone nos demostró ayer, una vez más, lo que es ser una ESTRELLA. Vuelve cuando quieras. Gracias.