Se acerca el momento. En cuestión de días, horas y minutos, Belén Esteban regresará al redil que le hizo tocar el cielo y saborear el abismo más absoluto a partes iguales. Han pasado cinco meses desde su última aparición Deluxe, una entrevista que mostró su peor cara; un momento televisivo que se guardó en un cajón y que hizo saltar las alarmas de los que manejan los hilos. La cadena tomó cartas en el asunto sepultando al que fue su personaje estrella y vetando cualquier información, chascarrillo o instantánea de la rubia. Un período de destierro que ha oxigenado la hartura del espectador, y que le ha servido a la de San Blas para pisar suelo firme y arrancarse a jirones el disfraz que separa personaje y persona. Bajo el manto protector de los que la sustentan, Belén recuperó las costumbres lejos del foco, se puso oronda en Benidorm y jugó a ser la anónima que un día entró en Ambiciones por la puerta de atrás, para ser repatriada años más tarde. Como si de una trama urdida para rescatarla se tratara, sus rivales más confesos torearon en plaza contraria, facturaron sin pudor y reabrieron viejas heridas. Rescoldos de una batalla que vuelve a rellenar la parrilla otoñal, y que hará de percha en la rentrée de la temporada. La vuelta debe distinguirse de las anteriores y ser concluyente para el incierto devenir del animal Esteban, juguete roto para unos y mito sempiterno para otros. Las incendiarias declaraciones de los Campanario, la comunión en pleno agosto de los Jesulines o el inminente bodón dantesco de Víctor y la periodista serán algunos de los avatares a discutir con la princesa postrada en su trono la noche de autos. Los problemas de salud, el divorcio de ida y vuelta o el hecho de que Fran Álvarez haya sido llamado a declarar se tocarán de manera velada y con sus compañeros arrimando el hombro. La expectación es máxima, la tensión se masca en el ambiente y, mientras ella se pone en forma y afila el tacón, los responsables de la factoría se dejan los restos para que el Belenazo recupere fuelle, barra en audiencias y no se evapore. Dice Toño Sanchís que su representada está mejor que nunca, con ganas de cámara y las espadas en alto contra todo el que le tosa. Habrá que esperar. ¿Estamos ante el resurgir de la bestia o a punto de asistir a su crematorio en directo? Hagan apuestas. Vuelve el fenómeno, o-tra-vez.
@Varietes_alvaro