Madrid se viste de largo para asistir a un acontecimiento crucial en el que las dos Españas se dan la mano para pimplar gin tonics hasta el amanecer. El motivo de una juerga de semejantes dimensiones no es otro que el cumpleaños de Terelu, esa señora que pasa en cuestión de minuto y medio de hablar madrileño castizo a andaluz cerrado, y que todas las mañanas se pinta como una puerta por si coincide con Letizia en la puerta del colegio. Este año las Campos han pasado de servir cuatro croquetas congeladas en el palacete de María Teresa, a cerrar un restaurante para reunir a trescientos invitados, casi tantos como los que la veían en su época negra de La Granja. Nuestra Oprah, que es autora de coletillas tan célebres como “en mayor o menor medida”, “sin lugar a dudas” o “de alguna manera”, desafía a la crisis, a la prima de riesgo y a la propia Merkel y se envasa al vacío en un Escada digno del Baile de la Rosa para recibir a personajes de todas las tallas. El desfile de fieles se convierte en un despropósito y aúna de forma atroz a la Tárrega, las Milas o los Kikos con socialités de primera como Nuria González, Peñafiel o Natalia Figueroa. La hermanísima intenta colaborar y, con cuatro polveras blancas estampadas en la cara a mala fe y gesto grotesco, se instala en la puerta del recinto para acomodar a los asistentes y no demorar la barra libre. La cumpleañera, con sonrisa petrificada, saluda a unos y otros con sonoros besos y un afligido Carlos Pombo agarrado a su cintura. El traje del piloto creo habérselo visto antes a Pipi y a un ex de Marité. Serán cosas mías. Cuando la mujer de Fefé está a punto de subirse al Mini y pirarse a casa por no continuar bailando a ritmo de los Supersingles de ¡QTTF!, va y decide tomarse otra ante la aparición de la última camada de vips, encabezada por Rociíto y Juan Peña. La primera, con corsé, pantalón de cuero y cara de hambre. El cantante, por su parte, con ansia de hacer levitar a la Bollo versionando "Esta cobardía de mi amor por ella…" y demás letras que chapurreaba hace medio siglo Chiquetete y que ahora susurra con arte Juanito, y taconean con poderío las Campos, las tres. Felicidades Terelu, que cumplas muchos más.
