SUNDAY

Domingo pasado, cuatro de la tarde, calculo que treinta grados. Me dirijo a la Feria del Libro. Cada año voy más entusiasmado. Las casetas del Retiro son como las de la Feria de Abril. En Sevilla te topas con Falete o María del Monte tomando rebujito a la sombra de los pinos, y en Madrid puedes ver firmando a Carmen Posadas, y tres stands más adelante, a Rosa Benito o Mario Vaquerizo elevados a la categoría de escritores revelación, mientras que multitud de parejitas con las hormonas a flor de piel reman en barca emulando a Marichalar, en su día, a ritmo del guardespaldas, ¿lo recordáis? Apasionante.  De camino, hago ´escala´en la llamada Milla de Oro (¡cómo suena!). Señoras con el cardado más alto de lo normal, Chaneles sin peste a top manta, mucho bolso Satchel de colores imposibles que me empiezan hasta a molestar, y las calles más limpias que las del resto de la ciudad. Hasta aquí, todo normal. Pero hay dos cosas dignas de destacar: los zapatos/escultura que ocupan  las calles Serrano y Jorge Juan, y los bolsos de ETRO. Lo primero es una iniciativa de Ana Botella para fomentar lo que llaman “Sunday Shopping”, con el propósito de impulsar el comercio abriendo más horas que cualquier bazar chino, y para celebrarlo,  más de veinte zapatos realizados en Elda recorren la zona en honor a la industria zapatera española. Me gusta el proyecto y por mí lo alargaría por los siglos de los siglos, Amén. Siempre se agradece encontrarse una plataforma gigante mientras observas los cardados altos, los Chaneles, y todo eso... ETRO, sin embargo, es otra historia en el mundillo de los complementos; no son precisamente baratos, no ocupan Vallecas en forma de estatua, no nacen en Elda, ni son un proyecto de la alcaldesa, pero ahí están; en su tienda, desafiando a los Satchel de colores imposibles, a los clutches de calaveras,  a los Tous de siempre, y si se lo proponen, a las dueñas de los cardados salamanqueros. La firma ofrece un bolso para cada estilo de mujer: bandolera, modelo sobre, asas cortas… y estampados en su justa medida que los hacen casi perfectos y fáciles de identificar a primera vista. La casa de lujo italiana lleva desde los sesenta deleitándonos con estos accesorios, la mayoría, majestuosos, que ya arrasan hasta en Beverly Hills. Abro debate. ¿Qué os parece la iniciativa del Ayuntamiento y las marcas para fomentar la venta de los domingos? ¿Beneficia al comercio, a la ciudad, al país, a la señora de Aznar, a Lomana? ¿Es una faena para los empleados, para los vecinos, para los bazares chinos? ¿Se crearán así más puestos de trabajo? Y una frivolidad: ¿os convencen los ETRO? (Ya me gustan menos que hace diez minutos).  Será el calor, que se me está subiendo a la cabeza. Me retiro a la sombra de los pinos. Hasta mañana.

ETRO, SPRING 2012