Hace dos semanas más o menos hice un post sobre Loewe y lo describía como un clásico en el mundo de la moda. Para algunos hoy ha perdido la esencia que tiene desde 1846 (ahí es nada). A lo largo del día he leído tantos artículos sobre el tema, que no me apetece apenas opinar. Creo que lo haría mal porque estoy tan saturado que acabaría siendo un copia y pega sin más. Necesito liberar la mente para ser objetivo. Tampoco hay mucho que decir. La firma de lujo española fue vapuleada hace tiempo por presentar como imagen a un Cayetano Rivera con traje de luces, y las marquesinas al día siguiente hablaban por sí solas vía graffiti antitaurino. Esta vez, la colección Oro busca “según sus responsables” acercarse a otro target, o sea, vender bolsos a las nietas y no sólo a las abuelas. Los precios siguen siendo los mismos, así que viéndolo desde ese punto de vista, no veo tan descarriado como dicen que la campaña la protagonicen hijas de Verónica Forqué, sobrinas peliteñidas y con poco estilo de Ana Belén, o actores de Física o Química venidos a menos. La polémica ya está en la calle. Luis Venegas, autor de la "perlita", está encantado. Yo también (ya estoy opinando). En una semana se nos olvidará. Pero los bolsos con asas flúor se quedarán para siempre en nuestros corazones, y en los armarios de algunos… qué suerte.
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