DORMIDINA, POLLO FRITO Y LINDSAY LOHAN

Viernes. Festividad del Dos de Mayo en Madrid. Al borde del sofocón, me zafo de ofrendas florales y condecoraciones varias y pruebo suerte en lo que viene siendo una tarde de shopping. A pesar de que la mayor parte de establecimientos cierran la persiana, suena la campana y me hago con un par de gangas que me engalanen en la tumbona. Satisfecho y con la tensión arterial al nivel de Laura Ponte, me arrastro hasta el metro y comparto línea y vagón con Macarena Gómez. Con un par de Vuittones al hombro y un blazer de estampado tropical, la actriz que representó a España en la boda monegasca de la temporada junto a su chico (una mezcla entre Asier Etxeandía y Paquito Clavel), repasa el guión de La que se avecina a media voz, acting incluido, ante el desconcierto del resto de pasajeros. Después de regalarnos varias escenitas a modo de artista underground, la tía comienza a bostezar de una forma realmente aterradora. ¿Efectos secundarios de la Dormidina o ejercicios vocales de artista? En ésas la dejé. Ya instalado en el sofá, me planto las pantuflas del fin de semana y presencio el último belenazo pos-recuperación. La princesa recupera fuelle y se encomienda al cacharro de Conchita con la intención de demostrarle a su pueblo que su rehabilitación es completa, que sus tiempos de fango forman parte del pasado y que su nueva vida va de intentar recuperar las hechuras a base de patrocinio y marcarse selfies con el camillero de sus sueños en el Caribe, a saldar deudas económicas y emocionales con las que fueron sus adeptas en el cortijo hasta hace bien poco, léanse Benito y Bollo. La Esteban ha vuelto… ¿O no se había ido nunca?

Sábado. A pesar de renegar en varias ocasiones de la fama impuesta y del mundo del cuore, Gloria Camila vuelve a las andadas y pasea mechas por un photocall ante una nube de fotógrafos con hambre de negritas. Con un horizonte muy negro en cuanto a familia, la hija de Ortega Cano sale al paso de chismes y polémicas dando la cara por los suyos. Dice Gloriacá que los Ortega-Mohedano son una piña, que el tiempo calmará las aguas y que a diferencia de su hermana mayor, Rociíto, ella por su padre y por su hermano Josefer, mata. Qué dieciocho años tan bien puestos. Entrada la noche, ceno en Zara (calle Barbieri) y me dejo seducir por la gastronomía cubana. Ropavieja, albóndigas, pollo frito y hasta un arroz con leche tamaño familiar a módico precio y en buena compañía. Que conste que no me llevo ni un céntimo por la cuña publicitaria (…).

Lunes. Las altas temperaturas comienzan a hacer estragos y la verbena de líos, rolletes y parejitas incipientes se suceden a un ritmo galopante. En el lado de las guapas que tarifan y vuelven a empezar con otro famoso están Blanca Suárez y Patricia Martínez. La primera, actriz de moda y objetivo de la prensa desde que se diera a conocer su relación con Dani Martín. Mientras Blanca se relaja a bordo de un yate en Ibiza en compañía del eterno single, Miguel Ángel Silvestre llora entre los hombros de Hiba Abouk o el mismísimo Almodóvar (Pedroooooo). Ya no llora y se ha hecho un hueco en la segunda entrega de saltos que produce AR. Hablo de Patricia Martínez, víctima en el camino de Escassi y Sonia Ferrer reconvertida en sustituta de Paulina Rubio en el corazón de Colate. En el lado de maromos interesantes entrados en años destacan esta semana Cayetano Martínez de Irujo y Domingo Zapata. El cachorro rebelde de los Alba tira la toalla con la madre de sus hijos (El Quijote de Quevedo) y prueba fortuna con una veinteañera de nombre Melani Costa y de profesión nadadora profesional; muy rubia, de mirada felina y espinazo a lo Charlene. La que puede convertirse en su cuñada, Eugenia, juega a favor de obra y declara: “Es una monada”. Termino con Zapata y sus devaneos entre estrellas hollywoodenses. El que fuera novio intermitente de Vicky Martín Berrocal, lo mismo se deja ver con Scarlett Johansson que con Lindsay Lohan. El encanto del mallorquín sigue siendo un misterio. Venga, Berrocal, danos una pista, mujer...