EL OCASO DE MARTA Y LAS HORMONAS DE LA PANTOJA

Martes. Dieciocho meses después de hacer balance sobre su annus horribilis, el nombre de Marta Sánchez vuelve a estar en la picota. Sus intentos por remontar profesional y sentimentalmente caen en saco roto tras los últimos acontecimientos en su vida. Sin discográfica ni apenas conciertos en agenda, la diva cubría la baja de Carolina Cerezuela como jurado en un programa de televisión; una experiencia agridulce que la sacó de apuros económicos pero que volvió a colgarle el cartel de rubia en toda la extensión de la palabra. En ese plató donde sus valoraciones se traducían inmediatamente en chascarrillos, gritaba a los cuatro vientos su amor por Daniel Terán, decorador y músico a partes iguales y detonante en la ruptura con Hugo Castejón. Tras un año y medio de relación, Marta regresa a las tinieblas y se enfrenta sola a su propio resurgir. Dicen las malas lenguas que Terán la habría plantado para darle una segunda oportunidad a su ex (Andrea Reik), divorciada a su vez de Matthias Kühn, empresario que a día de hoy hace las delicias de Norma Duval. En medio de este lío de faldas, la gallega que llegó a rivalizar con la mismísima Madonna ha cogido los bártulos y se ha plantado en Miami con su hija, una casa a estrenar y una carrera plagada de éxitos y algún que otro fracaso bajo el brazo. Mucha mierda, rubia.

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Miércoles. El club de madres guapas, famosas y bien emparentadas registra un nuevo bebé en sus anales. Sergio Ramos Rubio ya está en el mundo para satisfacción del jugador y la presentadora, que se encargaron personalmente de trasladar la información al detalle: nombre de la criatura, hora del alumbramiento, peso y demás remilgos vía comunicado en sus respectivas páginas oficiales. Pilar se recupera en el Hospital Sanitas de La Moraleja y los medios hacen guardia en la calle a la espera del posado familiar. Es una incógnita si lo hará sola a lo Amaia Salamanca, acompañada por su churri o bajo cristales tintados rodeada de seguratas y perdonavidas. ¿Habrá boda? Me hubiese gustado preguntárselo a su cuñada y nueva mejor amiga, Vania Millán. Coincido con ella en la presentación de una colección de bañadores y soy testigo de que camina con soltura sobre unos Louboutin descomunales. Llegó puntual a la cita, de riguroso negro y se interesó por la colección como una bloguera más. En su cuello pude fisgonear una chapa de acero con dos letras grabadas a fuego, RR, las iniciales de su futuro marido, René. El hermano y representante de Sergio Ramos pasará por el altar el próximo mes de julio con la miss más atípica que parió Marina d´Or. La almeriense, coronada  hace más de una década, languideció en la noche madrileña durante años, se dejó el tipo en un reality, se enamoró de Óscar Lozano y hasta hizo saltar por los aires el cumpleaños de Ronaldo. Millán supo huir del atolladero y se encerró entre cuatro paredes para opositar a Registradora de la Propiedad. Finalmente, aparcó los libros y comenzó a ejercer de abogada y diseñadora amateur de camisetas estilo heavy metal. Todo queda en familia.

Jueves. En plenos ensayos de gira veraniega, Pantoja revive sus horas más bajas. El futuro judicial de la tonadillera vuelve a dirimirse en los juzgados tras librarse de entrar en la trena y salir en volandas con las bragas a la altura del sobaco. Maribel recurrió la sentencia pero la Fiscalía pide aumentar la condena alegando "un delito de blanqueo continuado". De momento, su defensa se cubre de gloria y suelta: "Las hormonas pudieron impedirle ver la verdad" (sic). En un plazo aproximado de cuarenta días hábiles, la justicia dictaminará si la cantante hará el paseíllo a lo Ortega Cano o de lo contrario, olvidará su peor pesadilla a pierna suelta en la finca Cantora. La misma de la que, según algunas publicaciones, salía por patas tras la exclusiva de su niña Chabelita. Isabel se dejó ver por las calles de Málaga desfogándose con amigos de antaño, luciendo total look denim y la coleta envarada. Entre ellos, Diego Gómez, el bigotes que precedió a Julián Muñoz y cantó bingo con Marlene Mourreau en el Casino de Torrequebrada. Eran otros tiempos.